Medallas, llaveros, monedas, pines, insignias entre otros, son algunos de los artículos que utilizamos a diario, que se obtienen de complejos procesos y materiales de los que no tienen idea, pero estamos seguros que las personas lo usan en todo momento.
Cuando hablamos de procesos complejos para la obtención de productos, hacemos referencia a la fundición de metales a bajo punto de fusión, que incluyen el zamak, peltre y plomo, dando la forma que se desea con moldes de silicona de alta resistencia térmica y mecánica para trabajos industriales.
Aunque existen diferentes referencias (modelos) que se adaptan a diversas soluciones y diferentes formas de prepararlos, los moldes de silicona tienen propiedades únicas, que hacen que su manejo sea más eficientes, aportando una alta productividad por su vida útil, menor consumo y reducción de costes de mano de obra en la confección de moldes por moldes.
Entre las características propias que presentan la mayoría de los moldes se pueden encontrar, la flexibilidad, que permite el desmoldeo de piezas complicadas, la alta resistencia a la abrasión del metal y ausencia de “reversión”, es decir, el ablandamiento en secciones delgadas, haciendo que los contornos se endurezcan con las sucesivas coladas), la impresión de perfiles perfectos, se obtienen coladas más sanas con superficies brillantes que acortan considerablemente el tiempo de vibrado posterior de las piezas, la baja contracción y rápida calefacción del molde que permite sacar piezas buenas desde la primera colada.
Para la elaboración de los moldes también se utilizan tecnologías que ayudan a la perfección de piezas, como las impresoras de figuras 3D, con las que se hace la figura inicial y se incrusta en el molde para hacer la producción masiva de piezas.
Siendo entonces sus característica propias uno de los grandes secretos industriales para su uso de moldes de silicona, a los que se aplica constantemente investigación y desarrollo para lograr producir productos de alto rendimiento, más duradero y de calidad.
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